Primer día de festival y unas ganas de ver conciertos pero... Plaff!!! La primera en la frente. Por culpa del curro y sobre todo de la hora y media larga de cola que me comí para sacar los tickets de las consumiciones me perdí a los Yo la Tengo y a los Jesus Lizard. Una bonita manera de empezar el festival.
Para pasar el cabreo me acerqué a ver a los Phoenix. Menuda mierda. Unos franceses que aspiran a ser los próximos Coldplay(mucho éxito y poca música) y que parecía que los hubiese sonoridado un chimpancé dislexico. Aguanté 5 minutos y me fuí a ver que encontraba en los otros escenarios.
Y así me encontré con el primer descubrimiento del festival Andrew Bird. Un tipo que se sobra y se basta él solito con unos cuantos pedales para crear pequeñas joyas a medio camino entre el pop, el folk y música clásica. Una verdadera delicia.Como contrapunto a tanta delicadeza la organización había colocado más tarde a los pioneros del noise-pop, My Bloody Valentine. Pero lo que prometía ser uno de los momentos álgidos del festival se convirtió, gacias al volumen brutal de la música, en una experiencia sensorial(ni poniendo el volumen a tope es posible hacerse una idea) cercana a lo que deben padecer los prisioneros de Guantánamo. Quizás no sería mala idea encerrarles unos cuantos meses en una celda de castigo aplicándoles su propia medicina . Ojo por ojo y tímpano por tímpano.
Desgraciadamente en ese momento la única alternativa eran los Dead Meadow, una especie de Black Sabbath pasados de ácido con una propuesta musical que se les acababa al quarto de hora. Claro que al lado de Mi Maldita Valentina aquello era un placer para los oídos. Sobre todo acompañado de una cerveza.
Despues tocaba Aphex Twin un dj que hace unos años tuvo sus quince minutos de gloria, pero que ahora se hace cansino hasta en los audivisuales. Así que opté por echar un vistazo a The Horrors, que resultaron ser otra de las joyitas del día. Unos siniestros que a veces sonaban a The Cramps y otras veces a Joy Division y que tienen un buen directo. Un grupo a seguir.
Camino de la salida vi que estaban tocando los Wavves y la verdad es que no me apeteció quedarme a verlos ni cinco minutos. Supongo que el cansancio acumulado, que al día siguiente me tocaba madrugar y que los tíos eran malos hasta decir basta fueron argumentos suficientes para dar por concluido el primer día de festival.
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2 comments:
Si me saca de Extremoduro... me pierdo ¡¡
Pues me quedan dos crónicas más del festival... No te digo más
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