Ya sé que la autocita suele ser el recurso propio de la gente pagada de sí misma. Pero en el caso de hoy es únicamente el reflejo de la pereza que me produce hablar de un tema tan casposo como el 12-O. ¡Qué se metan sus banderas, sus desfiles, sus "acciones humanitarias", sus peinetas y sus majestades por el agujero del culo y que revienten de gusto con su espíritu nazional!
¡Va por tí, Pepe!
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