1 Nov 2009

Ritos funerarios

Si hay un rito funerario que puede considerarse estrictamente celtibérico es el de adornar las tumbas (especialmente los nichos) con una foto del finado. Habitualmente acostumbra a ser un retrato del difunto en plenitud, para que sus deudos puedan recordarle siempre rebosante de salud y lleno de vida, pero a veces sucede que la familia no dispone de un retrato de estudio decente y se ve obligada a recurrir a fotografías en las que aparece el muerto en las situaciones más disparatadas: en la mili, en la playa, en una costillada, o incluso a lomos de su flamante moto nueva. Quizás no sean éstas las mejores imágenes con las que uno querría ser recordado, pero como una vez muerto no puedes opinar...

También hay quien no se contenta con un simple retrato del familiar fallecido y encarga un busto o incluso una estátua tamaño natural del difunto para mostrarle su respeto de la manera más ostentórea posible(que diría Jesús Gil). Éste es el caso de esta curiosa tumba que se encuentra en el cementerio barcelonés de Montjuich.Como puede comprobarse en la imagen la familia decidió honrar su memoria erigiendo un mausoleo con tejadillo a dos aguas sostenido por unas columnas de estilo incierto(entre corintio y barroco). El conjunto está rodeado de cientos de flores de plástico (auténtico) y coronado con sendos fluorescentes que permiten contemplar la obra incluso en las horas de menos luz. En el interior, se aprecian dos figuras humanas erectas(de pie, que todo hay que explicarlo), hieráticas, cual sarcófagos egipcios.

La figura femenina aparece vestida con traje blanco de lunares y parece sonreir mientras apoya la mano derecha en la cadera. La figura masculina mantiene una actitud más solemne, cruzando sobre el vientre el brazo izquierdo del que cuelga un bastón, muestra de su autoridad. Ambos han sido representados con todas sus joyas ceremoniales: anillos, pulseras y un medallón de grandes dimensiones, signo sin duda de autoridad (o de haber ganado alguna competición por parejas).

La obra es anónima, probablemente porque es tan espantosa que nadie tuvo cojones de reconocer su autoría. De hecho las estatuas son tan cutres que a los familiares no les quedó más remedio que acabar colocando la dichosa foto de los difuntos para poder reconocerles, porque sino más de uno se habría pasado de largo y hubiese acabado rezandole vete a saber a quien.

En cuanto al escultor... el escultor al final acabó cobrando. Y no fue precisamente en metálico.

Agradecimientos: Gracias por la foto Albert. Te debo unas cuantas horas de risas.
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